La integración sensorial es una teoría promulgada en la década de los 60´s por A. Jean Ayres quien la conceptualiza como “el proceso neurológico que organiza la sensación del propio cuerpo y del entorno, que hace posible la utilización del cuerpo de manera efectiva dentro del entorno”
La teoría de la integración sensorial busca comprender el comportamiento y el desempeño ocupacional, concretamente los múltiples factores que limitan o interfieren en este desempeño es desarrollada para abordar problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños, no relacionados con una lesión o una anomalía neurológica. Se trata más que de una técnica específica, de un enfoque terapéutico y esta basada en una perspectiva evolutiva del cerebro que a medida que evolucionan las estructuras más altas y nuevas se mantienen dependientes del funcionamiento adecuado de las estructuras más antiguas.
La integración sensorial empieza durante la vida fetal, llega a la madurez alrededor de los 10 o 12 años, y después sigue perfeccionándose durante toda la vida. Tiene una perspectiva individualista ya que no hay dos personas que experimenten la información sensorial de la misma manera, cada persona tiene un perfil sensorial único y con ello entendemos el mundo en función de cómo interpretamos la información sensorial que registramos a través de nuestros sistemas sensoriales, depende de esa integración sensorial el hecho de que las cosas nos resulten agradables o por el contrario nos supongan un rechazo o desaprobación.
La disfunción es un mal funcionamiento y no una ausencia de función. Disfunción de integración sensorial o trastorno del procesamiento sensorial es el diagnóstico general y se definen tres patrones diagnósticos: trastornos o desórdenes de modulación sensorial, trastorno o desorden de discriminación sensorial, y trastorno o desorden motor de origen sensorial. Cada niño reviste su propio conjunto de síntomas, que suelen ser sutiles y pasar desapercibidos, pero afectan negativamente a su desarrollo y a su día a día.
Alteración en modulación sensorial (responden de manera inconsistente, inflexibilidad de adaptación; hipersensibilidad, hiposensibilidad, buscadores de sensaciones), alteración de discriminación sensorial (dificultad para identificar el estímulo, praxis, aprendizaje, poca confianza y un esquema corporal deficitario), alteración motora de origen sensorial (dificultad con el planeamiento, praxis, secuenciación, fluidez; pueden tener desórdenes posturales, dispraxia).
No todos los problemas de aprendizaje, desarrollo, o comportamiento son por una disfunción sensorial. Algunos signos pueden ser: hipersensibilidad al tacto, al movimiento, hiporreactividad a la estimulación sensorial, problemas en las actividades cotidianas, coordinación…
La teoría de integración sensorial no es psicoterapia (analiza las relaciones de las personas con las cosas que hacen), no es psicoterapia infantil (no piensan en términos del efecto que su trabajo tiene en el cerebro del niño) y no es un entrenamiento perceptivo motor (proporciona habilidades perceptivo-motoras). En definitiva, es una terapia cuya idea central es proporcionar un control a la entrada sensorial, de manera que el niño espontáneamente forme respuestas adaptativas que integren esas sensaciones.
Al ser esta teoría un concepto en el cual se depende del funcionamiento óptimo de los órganos sensoriales puede ser aplicada en cualquier sistema, como lo es el desarrollo de la audición.
Como sabemos la audición está presente desde la semana 30 a 31 de gestación por lo tanto desde eso momento nuestro cerebro inicia la interiorización y prepara las distintas áreas de especialización auditiva, sin embargo, se requieren distintos sistemas para lograr un desarrollo de la localización discriminación y categorización del estímulo sonoro para desarrollar su principal función que es la del desarrollo del lenguaje oral y con ello ser la base la pirámide del desarrollo.
Otro papel importante en la base de esta pirámide es el desarrollo de sistemas perceptuales básicos como lo son los somatosensoriales y los vestibulares, estos últimos arraigados filogenéticamente en la evolución de la especie humana que nos permiten diferenciarnos entre las especias por la capacidad de transmitir conocimientos de forma oral y escrita así como el manejo de herramientas durante la deambulación bípeda.
El analizar distintas teorías del desarrollo e integrarlas con conceptos básicos de distintas áreas nos permitirá un mejor abordaje en el tratamiento de diversas patologías.
Bibliografía
1. Jean Ayres A. Sensory Integration and the Child. Western Psycological Services.
Traducido por Carmona Lobo T. La integración sensorial y el niño. Editorial Trillas S.A.
Febrero, 2006.
2. Datti M, Bolanos C. Comprendiendo la integración sensorial Ayres. Traducción del Artículo: Smith Roley S, Mailloux Z, Miller-Kuhaneck H. Understanding Ayres Sensory Integration. OT Practice 12. Septiembre 2007.
3. Beaudry Bellefeuille I. Tengo duendes en las piernas - Dificultades escolares, hiperactividad, problemas de conducta, sueño y alimentación vistos por los niños y por la Teoría de la integración sensorial. Ediciones Novel, Oviedo, 2011.
4. Del Moral Orro G, Pastor Montaño MA, Sanz Valer P. Del marco teórico de integración sensorial al modelo clínico de intervención. TOG (A Coruña) [revista en
Internet]. 2013 [17/01/2014].
Dr. Daniel Ramos Maldonado